Los restos mortales del Siervo de Dios Fernando Martínez Gea ya descansan en la parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Bullas. Este sacerdote oriundo de esta localidad del Noroeste murciano está dentro de la causa de canonización diocesana de José Gómez Llor y compañeros mártires.
Fernando Martínez Gea nació en Bullas el 22 de agosto de 1900 y fue bautizado el mismo día de su nacimiento. Recibió el orden sacerdotal el 26 de mayo de 1926. Fue coadjutor de Yeste y Tus y después rector de las pedanías caravaqueñas de Los Royos y Tarragoya, así como rector de La Copa y coadjutor de Nuestra Señora del Rosario de Bullas. Fue martirizado el 21 de octubre de 1936, a la edad de 36 años.
El pasado sábado, el Obispo de Cartagena presidía la celebración de la Eucaristía en la que los restos mortales de Fernando Martínez Gea eran inhumados en el altar del Sagrado Corazón de Jesús de su parroquia natal. El día anterior, se exhumaron los restos del nicho del panteón familiar en presencia del notario eclesiástico, del párroco y de sus familiares más directos. Tras examinar los restos, verificarlos y levantar las actas pertinentes, conforme a las disposiciones de la Sanctorum Mater, se depositó el cuerpo en un nuevo ataúd. Sellado el féretro se custodió en el nuevo panteón de sacerdotes hasta el día siguiente.
A las 9:30 horas del sábado, el párroco de Nuestra Señora del Rosario de Bullas, Juan José Noguera, abría la puerta del panteón de sacerdotes para trasladar los restos de Fernando Martínez Gea hasta la parroquia local. Seis familiares portaron el féretro hasta el coche fúnebre para dar comienzo al recorrido establecido, rezando el Santo Rosario. En el trayecto realizaron una parada en la Calle Fiel, junto a la casa que lo vio nacer el 22 de agosto de 1900.
Una vez en la iglesia, varios sacerdotes, hijos de Bullas, trasladaron el féretro con los restos de D. Fernando hasta el interior del templo. Una vez ubicado a pie de altar, a los pies de la Santísima Virgen del Rosario, se colocó sobre su féretro un centro con 36 rosas rojas, una por cada año de vida.
Durante la celebración de la Eucaristía, el Obispo dio las gracias a Dios por la vida de Fernando Martínez Gea, sacerdote de la Diócesis, que murió defendiendo su fe en Cristo. Mons. Lorca invitó a todos los presentes a vivir la llamada a la santidad que todos recibieron en el mismo momento de su bautismo.
Después de la lectura y firma de las numerosas actas que dan fe de todo lo acontecido y necesarias para el proceso que se encuentra ya en Roma, se procedió a lacrar con el sello del Obispado el féretro que, a continuación, se trasladó hasta la Capilla del Sagrado Corazón de Jesús habilitada para este cometido. “Se da la circunstancia de que en esta capilla hay dos cosas relacionadas con el ministerio sacerdotal de D. Fernando: Habiéndose ordenado un 29 de mayo de 1926 celebró su primera misa el día de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, patrono de Bullas, bajo cuya imagen ahora descansan sus restos; además, en su primera misa predicó D. Alfonso Ródenas García, natural de Bullas, quien más tarde sería ordenado Obispo de Almería y cuyo escudo episcopal se encuentra en el frontal de la urna con los restos del Siervo de Dios”, explica el párroco de Bullas.
Mons. Lorca bendijo la urna que contendría el féretro e incensó los restos mortales del Siervo de Dios, para definitivamente ser clausurado en este altar, “sin que pueda volver a abrirse si no es con el permiso expreso del Ordinario de la Diócesis”.