Unas 600 personas asistieron en la tarde de ayer a la Misa exequial que se celebró en la parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Bullas en memoria de las 14 víctimas mortales del accidente de autobús de Cieza. La Eucaristía estuvo presidida por el Obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, y concelebrada por una veintena de sacerdotes, entre los que se encontraban hijos del pueblo, párrocos de otras localidades cercanas y antiguos párrocos de Bullas.
Entre los presentes se encontraban las familias de los fallecidos, a quienes Mons. Lorca Planes transmitió las condolencias de todos los miembros de la Conferencia Episcopal Española: “Si la oración vale de consuelo, podéis estar seguros que hombres y mujeres han estado en la misma oración, plegaria y súplica; y que Dios ha escuchado con misericordia”, les dijo. Entre los familiares se encontraban los padres del sacerdote diocesano fallecido, D. Miguel Conesa Andúgar, a quienes les recordó la alegría que D. Miguel sintió al conocer su traslado a la parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Bullas. A todos los familiares de las víctimas les pidió “que sea esta una oportunidad” para acercarse más a Dios.
También se dirigió al alcalde de la localidad, D. Pedro Chico, a quien solicitó que actuara de intermediario para que todos los ciudadanos de Bullas conozcan que “el dolor de esta localidad ha sido el dolor de una región y de una nación”.
Mons. Lorca reflexionó sobre las posibles preguntas que esta dramática situación podría originar en los familiares y amigos de las víctimas y en toda la comunidad parroquial: “Tanto dolor es un escándalo para la inteligencia, difícil de entender y de explicar”. Dudas que pueden hacer surgir la pregunta “¿dónde estaba Dios para que ocurriera tal desgracia?”. A lo que él mismo respondió que “Dios estaba allí con ellos en ese momento y hoy con vosotros aquí”. El Sr Obispo destacó la necesidad de encontrar calma y serenidad en el dolor “para ver el sol entre los nubarrones” y les aconsejó aferrarse a Dios porque solo Él es quien “puede tocar el corazón” para sanar y dar serenidad.
El Prelado destacó que la Virgen María no entendió el dolor por el que tuvo que pasar su Hijo, pero “guardaba las cosas en el corazón”, supo mantenerse fiel confiándose al Padre, “la fe es lo que nos acerca al misterio de Dios y es lo que ayudó a María”. Mons. Lorca recordó haber sido testigo de muchos momentos felices vividos en Bullas, en torno a la parroquia, a la Santísima Virgen del Rosario, “os he visto cantarle con fuerza, acudid a ella como os enseñó D. Miguel”. Le pidió a los presentes que permanecieran cercanos a los familiares de los fallecidos, sobre todo a través de la oración, “confiad en Dios por medio de la Virgen y rezad el Rosario”.
El Obispo de Cartagena prometió a la comunidad parroquial que seguiría unido a ella a través de la oración: “Este templo sabe de dolor y de alegría, sabe de fe. Que sea este templo testigo de la fuerza de vuestra fe. Que Dios os conceda la fortaleza de la fe y de la vida”.